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Naren Herrero y Joaquín G Weil sobre los orígenes del yoga y su historia.

OM

Querido Joaquín:

Espero que estés muy bien y que sigas con la difusión del Yoga en Málaga. Te escribo porque he leído tu artículo en YogaenRed sobre el valle del Indo (y otras cosas) y me he interesado porque es un tema que justamente estoy estudiando estos días. Especialmente me ha llamado la atención la afirmación de que la figura de Shiva no se puede adscribir a la cultura védica, pues como sabes en las samhitas se habla de Rudra y se lo suele asimilar con Shiva. De hecho en algún himno védico se habla de Rudra como “shiva” en el sentido de “favorable” y ese es uno de los motivos de considerar a Rudra-Shiva como la misma deidad. Evidentemente, esta asimilación es sujeto de debate, especialmente en el ámbito académico, pero a nivel tradicional hindú es incuestionable.

Por otro lado, en cuanto a los orígenes del Yoga, es indudable que hay unos sellos con figuras enigmáticas en postura de piernas que podría ser meditación o hathayoga o, quizás, algúna escena ritual o chamánica. El problema está en llamar a esa figura “Pashupati” cuando no se sabe qué contexto tenía ni lo que dicen los glifos (como se dice ahora). Ese nombre fue dado en el siglo 20 y no está basado en evidencias claras. Eso no quita que los sellos sigan ahí – sin nombre – con las posiciones de piernas. Para los científicos esto no es evidencia suficiente, ya lo sé.

Luego, la relación entre la civilización del Indio y la cultura védica o aria no está clara y aunque la versión dominante ahora es la de una migración, también hay estudios que buscan determinar una continuidad entre las dos culturas por lo que no necesariamente tiene que ser una u otra. Hay puntos en común entre ellas y también diferencias pero a nivel arqueológico falta mucho material por excavarse y descubrirse (incluyendo, quizás, cómo descifrar esa escritura antigua).

Está claro que decir que el Yoga es muy antiguo da mayor prestigio y está bien suprimir esa tendencia automática para antes ser honestos en nuestro análisis. Al mismo tiempo la tendencia historicista, empirista y cientificista de la sociedad moderna nos lleva a quitar relevancia a todo lo que no puede ser medido o probado objetivamente y yo considero que este paradigma es un error ya que no podemos limitar nuestra visión de la realidad a las pruebas materiales. También existe una tradición y unos linajes que transmiten la enseñanza desde otra perspectiva y opino que hay que tenerla muy en cuenta.

Gracias por leer mis ideas y, como siempre, te sigo leyendo con atención.

Un abrazo

Naren

https://hijodevecino.net/

Notable coincidencia, apreciado Naren.
A raíz del artículo que he publicado, Meditar ahora para entender el yoga de entonces, se te ha mencionado favorablemente y con cariño en nuestro grupo de whatsapp, además de que se han añadido los enlaces a tu curso.
Es cierto todo lo que dices y lo tenía en mente cuando he escrito y publicado este artículo, en un contexto altamente especulativo por la escasez de datos ciertos.
Creo que todas estas cuestiones están abiertas y mi criterio, que quiero exponer más pormenorizadamente en cuanto encuentre un rato, es que en los orígenes y la evolución del yoga hay una conjunción afortunada de factores donde la cultura védica desempeña un papel relevante o, incluso más, por hablar con propiedad, determinante.

Agradezco bien tu correo y, si me autorizas, lo publicamos en nuestro blog acompañado con los enlaces que tengas a bien.

Un abrazo fraterno. Hari Om.
Joaquín G Weil

Aquí una conversación entre Agustín Pániker y Naren Herrero sobre su libro Hinduismo en la vida moderna

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